Publicado: 25.JUL.2025
La llegada del vehículo eléctrico ha supuesto tener que adaptar algunos de nuestros hábitos de conducción a esta nueva forma de movilidad. Qué duda cabe, que la conducción de un vehículo eléctrico es muy distinta a la de los vehículos tradicionales con motores de combustión.
Quien haya probado conducir un vehículo eléctrico, habrá disfrutado de una experiencia mucho más silenciosa, ágil, con una respuesta inmediata en la aceleración, donde se eliminan los ruidos, vibraciones y los típicos tirones que aparecen con los cambios de marcha de un vehículo convencional.
Pero creo sinceramente que si hay algo a destacar especialmente de los vehículos eléctricos, que aporta algo novedoso a la conducción, eso es la frenada regenerativa. Con la frenada regenerativa la conducción se hace mucho más fluida, la transición entre acelerar y desacelerar es más suave, rápida y muchos modelos de vehículos eléctricos empiezan a incorporar la tecnología "one-pedal" o "e-pedal", que permite conducir el vehículo usando exclusivamente el pedal del acelerador.
La frenada regenerativa es, sin duda, una de las tecnologías más ingeniosa que se aplica en los vehículos eléctricos y también en los híbridos. Básicamente, su lógica de funcionamiento se basa en transformar la energía cinética, que acumula el coche debido a su estado de movimiento, en energía eléctrica. Esta energía eléctrica que se genera se almacenará en la batería del coche, para luego ser utilizada.
Y, ¿cuándo ocurre este proceso? Básicamente cuando levantamos el pie del acelerador o pisamos ligeramente el pedal del freno. Durante los periodos de frenada del vehículo, el sistema activará automáticamente la frenada regenerativa, lo que hará que el propio vehículo genere energía eléctrica que se almacenará en la batería. También se activará la frenada regenerativa cuando circulamos por pendientes descendentes y soltamos el pedal del acelerador. En estas situaciones el sistema aprovechará la inercia del vehículo al bajar la pendiente para generar también electricidad que será almacenada en la batería.
Porque, ¿qué ocurre cuando frenas tu vehículo? En un coche convencional dotado con motor de combustión, al frenar, toda la energía cinética que acumula el vehículo por su velocidad se disipa y se pierde en forma de calor y rozamiento en los frenos del automóvil.
En cambio, en un vehículo eléctrico o híbrido que incluya la frenada regenerativa en su modo de funcionamiento, al levantar el pie del acelerador o pisar suavemente el freno, el mismo motor eléctrico que impulsa el vehículo cambia de función y actuará como un generador de corriente, produciendo electricidad que se inyecta a la batería del coche.
La clave de la tecnología de la frenada regenerativa es muy simple, y está incluida en el diseño del propio motor eléctrico del vehículo.
En realidad, un motor eléctrico es una máquina reversible que puede funcionar en sentido directo consumiendo energía eléctrica y generando movimiento, o al revés, es decir, en sentido inverso, como un generador, de manera que recibe el movimiento a través del eje y produce electricidad. Impresionante, ¿verdad?.
Así, cuando el motor de un vehículo eléctrico funciona en sentido directo, actúa como un motor eléctrico normal, es decir, consumiendo electricidad, que proviene de la batería del coche y que posteriormente fluirá por las bobinas del estator del motor. Estas bobinas van a generar un campo magnético que imprime de un movimiento circular al rotor del motor que lo hará girar. En un coche eléctrico, el movimiento giratorio del rotor del motor es lo que impulsará finalmente el movimiento de las ruedas. ¡Es fácil de entender! ¿no?
Pero qué pasa cuando el movimiento de las ruedas se transmite al rotor del motor eléctrico. Por ejemplo, cuando el vehículo desciende por una pendiente o simplemente queremos frenarlo. Ahora el motor eléctrico no interesa que transmita potencia a las ruedas, sino todo lo contrario, interesa detener o aminorar su movimiento.
En este caso, es el rotor quien gira dentro del estator debido al impuso que transmite las ruedas mientras se detienen, y el campo magnético generado por el rotor inducirá una corriente eléctrica en la bobina del estator. Esta corriente eléctrica saldrá de la bobina del estator del motor y se almacenará en la batería. Y, ¡ya está! ya tenemos el motor funcionando como un generador de corriente. Es la misma tecnología de los aerogeneradores eléctricos que hace que se genere energía por la fuerza del viento o la tecnología de la dinamo de una bicicleta.
Por tanto, la realidad es que el freno regenerativo usa exactamente los mismos componentes del motor eléctrico, pero invirtiendo su mecanismo de funcionamiento. Con la frenada regenerativa, el motor eléctrico funciona como un generador de corriente. De modo que sí, cuando tu coche eléctrico está frenando, el motor está haciendo exactamente lo mismo que hace un generador eólico, produciendo energía eléctrica que se almacena en la batería del coche para recargarla.
Y es que en un coche eléctrico dotado con freno regenerativo, el motor puede hacer ambas cosas, una detrás de otra. Cuando aceleramos el coche, la batería inyecta corriente eléctrica hacia las bobinas del estator del motor, que inducen un movimiento giratorio al rotor del motor cuyo eje de salida se conecta al eje de tracción de la rueda. Al frenar, se invierte el funcionamiento del motor eléctrico del vehículo y es el rotor, debido al movimiento que le transmite la rueda, el que crea un campo magnético que induce en el estator una corriente eléctrica que se usa para recargar la batería del coche. ¡Vaya idea más ingeniosa!
Realmente la frenada regenerativa imprime de sentido común a la tecnología de los vehículos eléctricos. En vez de desperdiciar la energía que se desprende durante la frenada, ésta se aprovecha. Algo que parece muy lógico, ¿verdad?
A continuación, repasaremos las ventajas más destacadas que la frenada regenerativa nos puede aportar en la conducción:
● Mayor eficiencia energética: La frenada regenerativa recupera parte de la energía cinética que tiene el vehículo durante la frenada y que, en un vehículo convencional se pierde en forma de calor producido por el rozamiento de las pastillas de freno. Con esta tecnología, toda esa energía que acumula el vehículo se transforma en electricidad y se almacena en la batería para poder ser utilizada posteriormente.
● Menor desgaste de frenos: La frenada regenerativa, al funcionar también como un sistema de frenado alternativo, permite usar menos los frenos mecánicos convencionales, alargando la vida útil de discos, pastillas y otros componentes del sistema de frenado.
● Conducción más sostenible: Por si no lo sabías, las pastillas de freno son una fuente invisible de contaminación. Estudios recientes han revelado que el polvo generado por el desgaste de las pastillas de freno pueden ser más tóxicos que las emisiones de los motores diesel, al contener metales pesados y partículas ultrafinas capaces de penetrar profundamente en los pulmones. Con la frenada regenerativa, emplearemos menos los frenos convencionales y menos las pastillas de freno, lo que contribuirá a mejorar la calidad del aire en nuestras ciudades.
● Autonomía extendida: La frenada regenerativa ayuda también a que el coche recorra más kilómetros con cada recarga. Al generarse energía que se almacena en cada frenada, ayuda a sumar kilómetros con cada recarga, resultando especialmente útil en trayectos urbanos donde se realizan muchas frenadas sucesivas.
● Conducción más ágil y fluida: Con la frenada regenerativa, al soltar el acelerador o presionar ligeramente el freno, el motor eléctrico funcionará como un generador que contribuye a frenar el vehículo de forma progresiva y controlada, sin necesidad de frenar bruscamente. Al reducir la dependencia de los frenos mecánicos, se evita el típico "tirón" que se produce con los frenos convencionales. Esto permite una transición más rápida y suave entre aceleración y desaceleración, lo que resulta ideal para entornos urbanos o con tráfico denso.
● Conducción con un solo pedal: Muchos modelos de vehículos permiten el modo de conducción "one-pedal", donde con sólo soltar el acelerador desacelera el coche hasta llegar a detenerlo. De esta manera podemos conducir acelerando y frenando con un solo pedal, el del acelerador. Esto elimina la necesidad de cambiar constantemente de pedales, haciendo la conducción más relajada. Incluso en muchos modelos de vehículos, se puede ajustar el nivel de intensidad de la frenada regenerativa por medio de levas situadas en el volante, con el fin de ajustarla a nuestra forma particular de conducir.
En definitiva, la frenada regenerativa no sólo es una solución elegante, sino que aporta beneficios muy concretos que mejoran tanto el rendimiento del vehículo como la experiencia de la conducción. Recordemos como funciona:
● El movimiento de las ruedas hace girar el motor eléctrico (que funciona como generador).
● Ese giro genera electricidad a partir de la energía cinética que le transmite las ruedas al motor.
● Finalmente, la electricidad que produce el motor se almacena en la batería del vehículo para usarse más adelante. Todo un acierto de tecnología!!
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