Publicado: 12.DIC.2025
¿Alguna vez has oído hablar de las baterías de estado sólido? Si la respuesta es no, ¡prepárate! Porque lo que te voy a contar ahora no es ciencia ficción; es el futuro (y también el presente) de los vehículos eléctricos (VE), y puede que marque el final de algunos de nuestros quebraderos de cabeza más comunes con los coches eléctricos de hoy en día.
Para empezar, vamos a ir al grano y simplificar las cosas: ¿qué demonios es una batería de estado sólido? Puede que todavía no te suene mucho este tipo de baterías. Pero no te preocupes, que si sigues leyendo este artículo puede que al final te enteres de algo. 😜
Pero lo que es seguro es que todos conocemos, o hemos oído hablar alguna vez, de las famosas baterías de ión-Litio. Efectivamente, y por si no lo sabías, las baterías de iones de litio son las que se usan habitualmente en nuestros móviles, portátiles y la inmensa mayoría de los VE que ves por la calle. Estas son, por así decirlo, las baterías de "toda la vida".
Para explicarte de manera rápida cómo son las baterías de ión-litio actuales, imagina que una batería es como si fuera un sándwich: tienes dos "panes" (llamados ánodo y cátodo) y, en medio, una especie de 'mermelada' o 'jugo' que permite que los iones de litio (que son como pequeños mensajeros) se muevan de un lado a otro del sándwich. Este 'jugo' es lo que los técnicos llaman electrolito, y en las baterías actuales, es un líquido o un gel.
El problema que tenemos con este electrolito líquido o de gel es que tiene algunas 'pegas':
1. No es muy estable: se calienta y, en casos muy raros (¡pero muy sonados!), puede provocar hasta incendios. Por eso se necesita de un montón de electrónica y de sistemas de refrigeración que controle la temperatura en el interior de la batería para mantenerla a raya.
2. Limita la densidad de energía: el litio metálico puro, que por sí mismo podría almacenar muchísima más energía, es difícil de usar con un electrolito líquido porque forma unas estructuras dendríticas (como pequeños 'bigotes' o 'cristales') que pueden cortocircuitar la batería. Por eso, se limita mucho la capacidad de almacenaje de la batería, para que no lleguen a formarse estos cristales que pueden resultar peligrosos.
Aquí es donde entra en juego nuestra nueva estrella: la batería de estado sólido (Solid-State Battery — SSB). Y ahora, a ver cómo te lo explico para que te enteres sin aburrirte en el intento. 🤓
Verás, la diferencia fundamental entre una batería de las actuales y una de estado sólido es que se sustituye ese electrolito líquido o gel por un material completamente sólido. Piensa en ello como cambiar la mermelada del sándwich anterior por una capa sólida, como una especie de cerámica o polímero duro.
Y dirás, ¿y esto qué más da? Pues lo da TODO. Al usarse un material sólido, se pueden lograr varias cosas que antes eran imposibles o, al menos, muy complicadas:
1. Se pueden usar materiales mucho más eficientes y energéticos, como el litio metálico en el ánodo, sin miedo a los cortocircuitos causados por las dendritas.
2. Se elimina la necesidad de usar muchos de los componentes de seguridad, refrigeración y separación que una batería de las actuales necesita, ya que el electrolito sólido es intrínsecamente más estable y seguro.
En resumen: la batería de estado sólido es, básicamente, una batería de iones de litio llevada al siguiente nivel gracias a la magia de cambiar el electrolito líquido por uno sólido.
Muy simple. Si te estás pensando en comprar un coche eléctrico o ya tienes uno, seguro que te suenan las tres grandes preocupaciones de mucha gente con 'esto de los vehículos eléctricos':
● La autonomía de estos coches (Range Anxiety): ¿me quedaré tirado?
● La recarga: ¿tardará una eternidad en recargar?
● El precio: ¿por qué son tan caros?
Pues bien, las baterías de estado sólido prometen dar una patada en la puerta a estos tres problemas. ¡Vamos a ver cómo!
Aquí es donde el cambio de electrolito líquido a sólido se convierte en dinero 'contante y sonante' (o, mejor dicho, en kilómetros).
Al poder usar litio metálico y otros materiales más eficientes, las SSB pueden almacenar mucha más energía en el mismo espacio y peso que una batería de iones de litio tradicional. Esto se conoce como densidad de energía.
Traducción práctica: donde tu VE actual te ofrece 400 km de autonomía, una batería de estado sólido, que ocupe exactamente el mismo espacio en el chasis de tu coche, podría darte fácilmente 600, 700 ó incluso 1000 km. de autonomía. ¡Adiós al miedo a quedarte sin batería! Es como si a tu teléfono móvil le durase la batería ¡una semana entera!
Pero si no fueras tan exigente con esto de la autonomía y te conformaras con mantener la autonomía actual que tienen los coches eléctricos, las baterías de estado sólido te permitirían usar un paquete de baterías mucho más pequeño y ligero, lo que haría que el coche sea más ágil, con menos peso y más barato de fabricar.
¿Dime una de las cosas que te echa para atrás del coche eléctrico? ¿El tiempo de carga, puede ser? Seguro que sí. Tener que parar 30 ó 40 minutos en un cargador rápido puede ser un fastidio si vas con prisa a los sitios.
Pues bien, las baterías de estado sólido tienen el potencial de cargar a una velocidad de vértigo. El electrolito sólido permite que los iones de litio se muevan de forma más eficiente y que la batería pueda absorber una gran cantidad de corriente en muy poco tiempo sin sobrecalentarse o degradarse.
Ahora viene la promesa de los que saben de esto: los investigadores y empresas que están desarrollando las baterías de estado sólido, como QuantumScape, hablan de poder recargar del 10 al 80% en tan solo 10 ó 15 minutos. ¡Eso es casi el tiempo que tardas en ir al baño y tomarte un café en una parada de carretera! Este tiempo de recarga equipararía, en la práctica, a repostar gasolina en términos de tiempo. ¿Te convence ahora?
Ya lo hemos mencionado anteriormente: el electrolito líquido es inflamable. Es la razón principal por la que las baterías de iones de litio tienen que venir con la instalación de pesados y complejos sistemas de seguridad y gestión térmica. Precisamente para eso, para evitar que se produzcan aumentos de temperatura peligrosos que pudieran desembocar en explosiones o incendios en la batería.
¡Pero tranquilo! El electrolito sólido no solo es más estable, sino que también es no inflamable.
El resultado: Las SSB son inherentemente más seguras, menos propensas a sobrecalentarse y, por lo tanto, reducen drásticamente el riesgo de incendio. Esto simplificaría la estructura de la batería, reduciría su peso y, lo que es más importante, nos daría a los usuarios una mayor tranquilidad, porque estas baterías no tienen riesgos de incendiarse ni de sobrecalentarse.
Otra gran ventaja de las baterías de estado sólido es su vida útil. Al ser más estables y reducir la formación de dendritas que degradan la batería, se espera que las SSB mantengan su capacidad durante muchos más ciclos de carga y descarga que sus primas las líquidas.
Aunque al principio el proceso de fabricación será caro, a medida que la tecnología madure y se implemente en masa, la simplificación de la estructura de la batería (menos sistemas de refrigeración, menos componentes) y la posibilidad de usar ciertos materiales más baratos, a la larga reducirán el coste total del paquete de baterías. Y esto, amigo/a, se traducirá en coches eléctricos más asequibles para todos.
Aquí viene el 'pero' de la historia. Si las baterías de estado sólido son tan maravillosas, estables y seguras ¿por qué no estamos ya comprando coches con ellas? La respuesta, como casi siempre en tecnología, es que la teoría es más fácil que la práctica.
Las baterías de estado sólido llevan años siendo la "próxima gran cosa", pero hay varios obstáculos técnicos que están haciendo que su comercialización a gran escala se retrase un poco:
● El contacto perfecto: el gran reto en estas baterías es asegurar que haya un contacto perfecto entre el ánodo, el cátodo y ese nuevo electrolito sólido. Los sólidos, a diferencia de los líquidos, no se amoldan tan fácilmente. Al cargar y descargar (que es cuando la batería se hincha y se encoge), mantener ese contacto íntimo es complicado y crucial para que la batería funcione bien y dure.
● La producción en masa: crear estas baterías a la velocidad y el volumen que necesita la industria automovilística mundial es un dolor de cabeza logístico. El proceso de fabricación es totalmente diferente al de las baterías líquidas actuales y requiere de nuevas instalaciones y de nuevas técnicas de producción.
● La resistencia interna: algunos electrolitos sólidos no permiten que los iones de litio se muevan tan rápido o tan fácilmente como un líquido, lo que a veces limita la potencia que la batería puede entregar (la aceleración del coche) o que pueda ralentizar la carga. Sin embargo, esto es algo que los investigadores están logrando mejorar a pasos agigantados.
A pesar de estos desafíos, no te preocupes, el consenso en la industria del automóvil y de la electrónica es claro: la batería de estado sólido es el futuro. Gigantes como Toyota, Samsung, Volkswagen, Ford y BMW, por nombrar solo algunos, están invirtiendo miles de millones de euros en esta tecnología. Y esta gente saben lo que hacen, y no van a invertir tantísimo dinero en algo que no le vean futuro.
De hecho, algunas empresas ya han anunciado planes para empezar a integrar esta tecnología en modelos de producción de vehículos eléctricos a partir de 2027 ó 2028. ¡Esto es ya mismo! Los primeros modelos de vehículos probablemente serán vehículos de alta gama (los más caros), pero a medida que la producción se optimice, la tecnología se irá democratizando. ¡Y eso lo esperamos todos!
Así que, la próxima vez que escuches hablar de baterías de estado sólido, piensa en esto: son la clave para hacer del coche eléctrico la opción indiscutible y definitiva para una movilidad eléctrica sostenible.
¿Por qué razón? Te lo resumo: porque las baterías de estado sólido ofrecen una autonomía de larguísimo alcance, tiempos de carga que no te harán perder el tiempo, una seguridad sin precedentes y el potencial para ser más ligeras y baratas.
Pero, bueno... ¿qué piensas tú? ¿crees que las baterías de estado sólido serán el empujón definitivo que necesita el vehículo eléctrico? Lo veremos próximamente en nuestras carreteras...
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